¿Resucita el DRM?

Leo aquí­ una noticia cuyo párrafo introductorio parece que me lleva al pasado:

A group of media industry companies said it is planning to build a digital world where video devices and content websites play together in perfect harmony, and consumers can safely store their digital content and access it anywhere in the world.

Hace más de 5 años, cuando tuve noción por primera vez de la existencia de algo llamado DRM, no habí­a apenas oposición a ella en la Red, y toda la información que ésta albergaba sobre estas nuevas tecnologí­as eran positivas, ya que, según ellas, iban a posibilitar a los usuarios disfrutar de su música y ví­deos en un «ambiente seguro»secure environment«, lo llamaban). El ambiente era (y es) seguro, evidentemente, para los titulares de los derechos de dichos contenidos, y no para los usuarios, que vieron cómo ese escenario se convertí­a en hostil al lanzarse multitud de tecnologí­as diferentes e incompatibles entre sí­, al tiempo que cada servicio online era incompatible con el dispositivo que habí­a elegido para disfrutarlo, o cómo se podí­a quedar sin la música que compraba al fracasar el sitio web donde la habí­a adquirido.

La propia industria se dio cuanta de la irracionalidad de esta tecnologí­a y, primero, se lanzaron iniciativas para intentar crear un DRM interoperable y compatible con todos los dispositivos y servicios (nacieron así­ la Coral Consortium y Marlin, sin noticias reseñables hasta la fecha), para posteriormente desechar la industria discográfica esta tecnologí­a que durante años habí­a demostrado su ineficacia. La muerte (o visto lo visto, stand-by) del DRM provocó un tí­mido aumento de las ventas de música online, menos en España, claro está.

A mí­ el tema del DRM me recuerda un poco a la historia de la Propiedad Intelectual que comentaba hace un par de meses, lo que nació para ser un sistema para proteger y fomentar la creación, se ha desvirtuado para favorecer a unos pocos y, en el caso del DRM, a casi nadie (ni siquiera a la industria). No estoy incondicionalmente en contra del DRM porque creo que cada cual tiene derecho a proteger lo que es suyo como mejor estime o, al igual que hacen otras industrias, ofrecer sus productos y servicios en los términos que crea que son más competitivos, incluso cuando estas condiciones sean un error empresarial. El problema de los DRMs es que los desarrolladores de los mismos le vendieron a la industria cultural una tecnologí­a que en las presentaciones de Powerpoint se las pintaba mucho mejor de lo que fue en la realidad. Estoy seguro de que si los DRMs hubiesen sido una tecnologí­a que ofrecí­a un entorno amigable, interoperable, y que pasase inadvertida para los consumidores, otro hubiese sido su destino.

Y retomando la noticia, parece que la industria no se da por vencida y planea lanzar un nuevo sistema que «igualará la experiencia digital audiovisual» de los consumidores a través del «Digital Entertainment Content Ecosystem» (DECE), el cual pretende lograr esa manida interoperabilidad entre dispositivos y servicios, permitiendo al usuario disfrutar de sus contenidos en cualquier dispositivo e, incluso, tenerlo almacenado en una especie de «armario de derechos» (rights locker). No sé en qué se traducirá esto, pero estarí­a interesante que planteasen un sistema en el que el usuario, una vez compra una canción o una pelí­cula, pudiera acceder a ella desde cualquier lugar, con cualquier servicio y dispositivo, y descargarla cuantas veces quiera, incluso en diferentes formatos.

Los propulsores del sistema (entre los que están Sony, Warner, Paramount, Fox, Comcast, Microsoft, Toshiba, Best Buy o Intel -ni rastro de Apple, a la postre, el mayor beneficiado por la irracionalidad de los DRMs-) dicen que darán más datos en el CES, aunque parece que la iniciativa va más encaminada al ví­deo, reducto en el que los DRMs todaví­a imperan sin excepción y único que aún puede hacer algo con esta tecnologí­a.

Veremos en qué termina esta iniciativa, si compartiendo el cementerio de ballenas junto con PlayForSure, Coral y Marlin, o en un verdadero estándar inocuo para el usuario. Me da que ocurrirá el primer escenario.

2 Comments

  1. Según he leido la DECE es una especie de consorcio que quiere unificar la gestión de derechos en la electrónica de consumo, para que los usuarios puedan interoperar libremente con sus obras en todos sus cacharritos. Dicho esto, sin Apple en el consorcio esto me parece una pantomima, porque no puedes dejar al margen a la mayor tienda de musica en Estados Unidos. Tienen que hacer lo que sea para lograr que Apple se meta en algo asi.

    Por otro lado Apple está claro que aunque apuesta por eliminar el DRM (restricción exigida por los creadores de contenidos y no por la propia Apple, que quede claro), tiene la sartén por el mango en el mercado de música online y en el cine y la TV lo será si no sale un competidor fuerte.

    Microsoft ya tiene la experiencia de su intento de competir con el DRM de Apple. Lanzó su Play4Sure, un ecosistema de DRM basado en su windows media para que fuera adoptado por diversos fabricantes de hardware y asi lograr con ese ecosistema asfixiar a iTunes. Las consecuencias fueron que Apple se comió literalmente a todos los que apostaron por esa tecnologia. Y despues del fiasco sacaron su Zune, con su DRM y su entorno hipermegacerrado incompatible con cualquier cosa que no sea Windows friendly y tienen menos del 3% de mercado de reproductoresactualmente… y el resto de competidores en musica online no llega al 30% juntando todos

    No se los detalles, pero creo que este DECE va más enfocado a cosas como el cifrado de los reproductores de video HD, los PVR´s y cosas parecidas, más que a solucionar el problema de la interoperabilidad de DRM´s. Espero equivocarme pero ya he visto iniciativas parecidas acabar en nada.

  2. Salud

    Realmente el DRM se seguía usando en donde nació y creció (hasta se reprodujo y todo), por el lado del software. Y el hardware (los medios) se afanan por contener piezas que «hagan funcionar» el DRM, o permitan su existencia (así pues, los nuevos formatos materiales traen consigo nuevas formas de DRM, pienso en los discos Blu-ray y el fuerte sistema de DRM que traen consigo). Los PDF mantienen y se usa inútilmente bastante los DRM que impiden, por ejemplo, imprimir un documento (irónico teniendo en cuenta que la finalidad del PDF es ser un formato de vista final para impresión). Donde tuvo un pequeño descenso fue únicamente en la música on-line, que es encima donde menos sentido tiene. Y ese descenso de uso vino precedido de un ascenso de los precios poco justificado o justificable en muchos casos.

    Hablamos de la música, donde el tema «va y viene», y donde se han dado los casos más patéticos en el ABUSO del DRM (el rootkit de una filial de Sony tal vez se lleva la palma), y el DRM no puede ser nunca «inocuo» para el usuario, siempre saldrá un aparato en el que no se podrá reproducir lo que se tiene (debería tener) derecho a tal (es que no compramos una canción, realmente la alquilamos por uso), el mejor entorno para el usuario, realmente, es el libre de DRM (en el único que no depende de «factores externos» para poder reproducir sus contenidos sin sensación de, como poco, estar siendo «vigilado», y por qué no decirlo, a copiarlos si así le apetece -en el entorno digital esa copia se traduce en interoperabilidad de dispositivos y disfrute en distintos, donde el almacenaje es siempre temporal, o tendente al mismo-).

    Por cierto, hablando de Apple y el DRM: Apple, Nike y el «DRM extendido» a la ropa producto digital.

    Hasta luego 😉

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