10 años de blog

Hoy hace 10 años que publiqué el primer post de este blog (el clásico «Hola Mundo«). El 3 de agosto de 2005 no podí­a ni imaginar que una década después estarí­a escribiendo estas lí­neas porque mi blog seguirí­a estando ahí­ (aunque con menos actividad que en sus inicios). De hecho, hoy también hace 10 años que publiqué mi primer podcast, que, desgraciadamente y por falta de tiempo, ha tenido un destino diferente al blog.

Comencé el blog en California, cuando terminé el LLM in Intellectual Property que estudié en Whittier Law School y mientras disfrutaba de mis últimas semanas en EE.UU. De hecho, el blog no era mi principal proyecto online, sino un complemento para el podcast, al que le habí­a dedicado muchí­simo tiempo preparando los audios, las secciones y la temática. Desafortunadamente, tuve que ir abandonando el podcast paulatinamente por falta de tiempo (¡me divertí­a mucho haciendo cada episodio!), aunque para celebrar esta fecha he vuelto a poner a disposición todos los capí­tulos (unos 50, de una hora de duración cada uno) que grabé desde 2005 a 2011. Obviamente, en muchos temas, el contenido está desactualizado, pero ahí­ está para quien lo quiera escuchar.

El dominio Interiuris («Inter» de Internet y «iuris» de Derecho, en latí­n) lo registré en 2003 para publicar una página estática con información de Derecho de Internet y Propiedad Intelectual que me sirviera para aprender la materia (en la Universidad de Sevilla, donde estudié, ni se tocaban estos temas) y para demostrar al tribunal que me tení­a que dar la beca para estudiar en EE.UU. que me gustaba esto de Internet (parece que funcionó).  En aquella época, la página la tení­a alojada en un servidor que tení­a montado mi suegro en su casa, que tardaba en cargar casi como los antiguos Atari, y tení­a este rudimentario aspecto, hecho í­ntegramente por mí­ en html:

interiuris2004

 

Querí­a hacer un portal (por aquel entonces, en 2003, todo el mundo creaba portales -como ahora apps-) estático con información general sobre Propiedad Intelectual, Derecho de Internet, Comercio Electrónico, etc., y que visto ahora, desde la distancia, tení­a un aspecto y contenido un tanto básico, como la Internet de aquella época. Desconozco cuántas personas vieron la web (no llevaba estadí­sticas), pero cumplió el fin para el que la habí­a creado.

Cuando estaba en EE.UU. surgieron los podcasts y aunque mi primera intención fue convencer a algún amigo para que hiciese uno e incluir una sección sobre Derecho, al final decidí­ tirarme a la piscina y hacer uno por mi cuenta. Como digo, el blog era un complemento al podcast, para conseguir difusión (no existí­an ni Twitter ni Facebook) y para comentar cuestiones más subjetivas, que entendí­a que no tení­a encaje dentro del podcast. Por supuesto, nadie de mi entorno sabí­a ni lo que era un blog ni un podcast (de hecho, confundí­an ambos con frecuencia). Eran años en los que no se hablaba de crear una «Marca Personal», sino de construir una marca, así­ que seguí­ utilizando el dominio y el nombre «Interiuris» para ambos.

Es curioso porque el podcast me acercó a magní­ficas personas (con las que sigo teniendo relación) ajenas al mundo jurí­dico, mientras que el blog fue el que me dio difusión dentro de mi propio sector. Gracias a este blog he conseguido muchí­simas cosas, aunque me quedo con lo que aprendo cada vez que me preparo un post y los grandes amigos y compañeros a los que he conocido gracias a él.

De hecho, gracias a este blog conocí­ a Miguel íngel Mata y a Iban Dí­ez (con cita a ciegas incluida), quienes creamos en 2009 (junto a Anxo Rodrí­guez, Juan Antonio Orgaz y Ricardo Gómez Cabaleiro) la «Asociación Española de Derecho del Entretenimiento – DENAE –«, uno de los proyectos que ocupa desde entonces parte de mi tiempo y que formamos ya más de 350 profesionales de este sector. También «Derecho en Red«, formado con otros compañeros blogueros, y que tení­a como finalidad difundir el conocimiento en materia de Derecho de Internet (que falta hace, viendo la desinformación que hay en Internet en esta materia).

También le debe mucho a este blog otra de mis facetas profesionales, que es la docente, como muchas veces me ha comentado el profesor Ignacio Garrote. Gracias al blog me han llamado de varios másteres y universidades para dar clases o participar en congresos y mesas redondas, en las que siempre reivindico el papel de los blogs y de Internet para difundir este área del Derecho tan desconocida, incluso para los propios compañeros de profesión.

Como veis, y aunque también me ha dado algún que otro disgusto, el balance del blog es más que positivo, con 409 posts publicados y 1.834 comentarios de lectores que han terminado siendo amigos, y que aportaban muchí­simo valor al artí­culo inicial.

Actualmente, el blog tiene que rivalizar con mis otros proyectos vitales: el despacho en el que trabajo, la labor docente, artí­culos en papel o para otros medios (como ahora con ElDiario.es), DENAE, Twitter (cuánto daño ha hecho esta red social a los blogs y, sobre todo, a los comentarios, pero también, cuánto bien ha hecho para que estemos todos interconectados y comentemos cosas en tiempo real) y, por supuesto, mi familia (con descendencia incluida). El blog hoy es sobre todo un lugar para desahogarme, expresar mi opinión sobre noticias, leyes o sentencias relacionados con este sector y un espacio en el que me gustarí­a estar más, pero al que desgraciadamente creo que no le voy a poder dedicar más tiempo que el de hasta ahora.

De todas formas, espero volver con novedades antes de terminar el año, con otro proyecto al que le estoy dedicando algo de tiempo y que se complementa perfectamente con el blog.

Estos 10 años han pasado volando. Creo que nunca imaginé que gracias al blog iba a conocer la gente que he conocido, iniciar los proyectos que he comentado antes y aprender lo que he aprendido. Mi mayor deseo es que dentro de 10 años esté escribiendo otro post que enlace a éste y que haga balance de otra década de blog. Aunque no ha sido sencillo tener la constancia para mantener un blog durante tanto tiempo, haciendo balance, el esfuerzo ha merecido mucho la pena.

Muchas gracias por estar ahí­.

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