Practicum de Propiedad Intelectual

Como comentaba en anteriores posts, varios son los motivos de la (hasta hace poco) parálisis del blog, y uno de los principales es la obra que da tí­tulo a este post y que (por fin) ha salido al mercado.

practicum-propiedad-intelectual-2016

Mientras que estaba en tramitación la última gran reforma de la Ley de Propiedad Intelectual, Thomson Reuters (aka Aranzadi) encargó al Instituto de Derecho de Autor la coordinación de una obra eminentemente práctica sobre la propiedad intelectual enmarcada en su serie «Practicum«. Adriana Moscoso, directora del IA, ha llevado las labores de coordinación y de selección de autores, entre los que (como supongo que intuis) me encuentro. El resultado son 745 páginas en las que participan muchí­simos compañeros a los que quiero y admiro, incluyendo la propia Adriana, Vicente Arias Maiz, Miguel íngel Bouza, Marisa Castelo, Rosa De Couto, Javier Dí­az de Olarte, ílvaro Dí­ez, Ricardo Gómez Cabaleiro, Leire Gutiérrez, Jorge Ledesma, Rocí­o De Llobet Hernández, Carlota Navarrete, Rafael Sánchez Aristi y Leonardo De Terlizzi.

En la primera reunión de repartición de materias, sufrí­ el sí­ndrome de «vernise arriba» y, objetivamente, cogí­ más temas de los que razonablemente podí­a abarcar. Mi parte incluí­a las materias más tecnológicas y alguna otra que me apetecí­a, siendo mi aportación al libro las siguientes secciones:

  • Obra Multimedia y Videojuegos – Págs. 163 a 176
  • Programas de Ordenador – Págs. 183 a 221
  • Derecho de Reproducción – Págs. 240 a 242
    • Especial Mención a la explotación de los derechos de propiedad intelectual en Internet y Redes Sociales (www, P2P, Páginas de Enlaces, etc.) – Págs 243 a 257.
  • Parodia – Págs. 415 a 418.
  • Medidas Tecnológicas de Protección e Información para la Gestión de Derechos – 718 a 725

Durante más de seis meses estuve sacando horas de donde no tení­a, especialmente al deporte y a mi familia, para poder acabar mi parte en los plazos marcados por la editorial. Además, sufrí­ en múltiples ocasiones el sí­ndrome del «folio en blanco» y la preocupación de, como decí­a Antonio Delgado, aportar «chicha» (es decir, contenido práctico que sirviese tanto a iniciados en la materia como a aquellos abogados menos habituados a estos temas). El resultado global es una obra muy completa, con muchí­sima información práctica y en la que espero que se vea el esfuerzo que ha habido detrás de ella.

Como no habí­a un apartado especí­fico para ello en el libro, aprovecho mis dominios para agradecer la ayuda que me prestaron Alejandro Puerto y Miguel íngel Mata al darme valiosa información y comentarios sobre la sección de la protección jurí­dica de los programas de ordenador. Y, por supuesto, a mi mujer y dos hijas, a las que robé decenas de horas que nunca conseguiré recuperar.

El libro se puede comprar aquí­ y en librerí­as especializadas. Espero que lo encontréis interesante y que algún dí­a le sirva a alguien para orientar un asunto.

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