Los grupos de presión aparecen cuando más se necesitan, y generalmente se habla mal de ellos, punto de vista que yo no comparto; los lobbies exponen sus intereses a los grupos políticos con mayor o menor persuasión, y siempre y cuando no estén realizando actos ilícitos (léase «Operación Marbella»), «el darle a conocer» al político sus intereses no lo veo del todo mal, pero incido, con la ley por delante.
Ayer se presentó una de esas iniciativas que cuentan con un gran apoyo popular (al fin y al cabo ¿a quién le gusta pagar?), todoscontraelcanon.es que me ha llamado principalmente por los «pesos pesados» que hay detrás de esta iniciativa:
AEDOC (Asociación de Empresas de Documentación Digital),
AETIC (Asoc. de Empresas de Electrónica, Tecnologías de la Información y Telecomunicaciones)
AI (Asociación de Internautas)
AMI (Asociación de Música en Internet)
ANEI (Asoc. Nacional de Empresas de Internet)
ASIMELEC (Asoc. Multisectorial de Empresas Españolas de Electrónica y Comunicaciones)
ATI ( Asociación de Técnicos de Informática)
ASTEL (Asoc. de Empresas Operadoras y de Servicios de Telecomunicaciones)
AUI (Asociación de Usuarios de Internet)
CEACCU (Confederación Española de Asociaciones de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios)
CECAP (Confederación Española de Centros de Formación y Academias Privadas)
FACUA-Consumidores en Acción
Destaco a Asimelec porque me parece que su bipolarismo ralla lo irónico. Asimelec fue la asociación contra la que se dirigieron las entidades de gestión para exigir el cobro del derecho remuneratorio del 25 LPI (copia privada) porque según la ley, éstos eran los deudores del llamado canon. Todas las demandas que se interpusieron le dieron la razón a las entidades de gestión (y por lo tanto, a los autores) y obligaron a Asimelec a pagar dicho canon, pero ¡ojo!, a Asimelec y NO a los consumidores, aunque esta Asociación ha sido bastante hábil y ha sabido dirigir una campaña para repercutirnos ese dinero (para que no lo paguen ellos sino nosotros, aunque la ley dice lo contrario) y para ponernos en contra de los autores.
Y también digo bipolar porque en el mismo sitio web, un poco escondido (y a mí lo que me extraña es por qué lo han puesto ahí), hay un estudio del Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicaciones con el título «El Sector Audiovisual y su Evolución», que, sinceramente, pensaba que iba a ser una sarta de incorrecciones pero nada más lejos de la realidad, un estudio objetivo, correcto y bien llevado. Recomiendo a todos su lectura para ver de qué va esto de la Propiedad Intelectual, sus conceptos básicos, evolución en el entorno digital, la polémica de la copia privada, cómo se solucionó, etcétera.
En la página 56 explica cómo se solucionó el conflicto del canon de la copia privada una vez que los tribunales dieron la razón a las entidades de gestión y obligaron a ASIMELEC a sentarse a negociar. Expone, acertadamente, que llegaron al acuerdo de realizar un estudio de mercado en el que se viese qué porcentaje de discos y aparatos se utilizan para grabar contenidos musicales y audiovisuales (con copyright) y la cifra fue fulminante: un 70%. Ante este panorama, ASIMELEC negoció y se establecieron unas tarifas según esta proporción: un CD-Audio (que sólo permite grabar música) paga 0,40 € mientras que un CD-R (que permite guardar cualquier tipo de datos), paga 0,17 teniendo en cuenta que no siempre se usa para grabar música, sino que en un 30% de los casos se guardan fotos o documentos. Con exactitud matemática, el 70% de 0,40 es 0,28, pero aún así se negoció rebarjarlo a 0,17 para compensar aún más por posibles inexactitudes. Y repito, ASIMELEC firmó todo esto, y que ahora llegue con este tipo de campañas, cuanto menos, asombran.
Nos han metido tanto lo del «No al Canon» que ya no podemos pensar más allá de él; en todos los campos cuecen habas, y TODAS las industrias (tecnológica, audiovisual, etc.) han plantado bien plantado (no exculpo a ninguna).
En este post, que cada uno saque su propia conclusión, pero que sea fundamentada, por favor.