Plagiando

Llevo unas semanas con actividad frenética, tengo varios proyectos entre manos que poco a poco verán la luz (catódica y en Internet), así­ que tengo que repartir mi tiempo entre tantos compromisos/obligaciones.

Estamos en la cultura del «copiar y pegar», en la cultura en la que los grandes gurús animan a tomar lo creado por otros para realizar tus propias creaciones, a remezclar más que a crear. Una de las preguntas que más me hacen en el podcast o cuando voy a dar clases o charlas es si pueden utilizar tal obra o hacer tal otra cosa, tomando siempre como base su deseo de usar la obra ajena para sus propios intereses, y ojo, una cosa es beber de creaciones ajenas, y otra utilizarlas. Independientemente de mi respuesta, siempre les animo a crear, a tomar una papel en blanco y a comenzar desde cero, sin importar qué han hecho otros; esto es difí­cil, requiere mucho esfuerzo, pero el resultado será mucho más positivo tanto para el creador como para la sociedad.

Peor que «remezclar» es plagiar, palabra que se ha repetido con demasiada frecuencia en los medios en los últimos meses; a Lucí­a Etxebarrí­a le han pillado ya en varias ocasiones «tomando prestadas» frases de terceras personas, y lejos de disculparse, se vanagloriaba de ello. La muerte de Belén Rueda en Los Serrano «recuerda» sospechosamente a la muerte de Cordelia en Angel. David Maeztu denuncia su caso por el flagrante plagio de una tal Marina Ibáñez Mora (como él dice, «una joya del renacimiento»). Pedro Canut critica el escandaloso plagio de un post de Juan Palacio, y así­ hasta un largo etcétera, incluidos otros casos menos públicos, pero no por ello menos escandalosos.

Aunque el caso que, desde mi punto de vista, se lleva la palma es el de Juan Romero Pi, asesor de campaña de Juan Fernando López Aguilar, cuyo equipo plagió el programa electoral de las últimas elecciones de Ciutadans. La poca imaginación de los polí­ticos no es nada nuevo, pero de ahí­ a que, de las 125 medidas de su programa electoral, 115 sean copias, es algo preocupante (y hablo de expresiones, y no de meras ideas, las cuales como sabéis, no son protegibles).

Plagiario era, en el Derecho Romano (y según la Ley Flavia del Digesto, Libro XLVIII-Tí­tulo XV), «el autor de delito de plagio, cometido por quién mediante compraventa, permuta o dote, se hací­a propietario de hombre libre; y asimismo, el que se apropiaba de esclavo perteneciente a otro dueño», sancionado con la pena capital. Sin llegar a esos extremos, la libertad del creador deberí­a estar más respetada; falta de libertad tiene el que es expropiado de lo que es suyo.

7 Comments

  1. Aquí, lo que hay es una gruesa y larga columna de directores de medios, y periodistas adscritos a los lobbys-partidos, que deberían (si no lo han hecho ya) estar presentando su dimisión y pidiendo perdón a los lectores (sobre todo a los ciudadanos de Cataluña), por contribuir a hurtar a los votantes el debate político y reemplazarlo por las consignas del día. Ahora se descubre que Ciutadans, cuyas actividades persisten desde los medios en silenciar y ningunear interesadamente, sí tiene programa y sí es la opción de centro-izquierda no nacionalista.

  2. «Peor que «remezclar» es plagiar».

    A ver si me explico bien: Desde luego plagiar está fatal. No se puede plagiar, el reconocimiento de una obra es la base de los derechos de autor (que no hay que mezclar con los derechos de reproducción).

    Con el sentido literal de la frase estoy de acuerdo, pero con su construcción no. Transmite la idea de que «remezclar» es malo. Y no es que yo no esté de acuerdo con eso (que desde luego no lo estoy), sino que creo que la posibilidad de remezclar es muy buena, sea o no mi hábito (prefiero, como todo el mundo cuando hay tiempo, partir de cero). La posibilidad de remezclar es la que nos evita «reinventar la rueda» cada vez que queremos hacer algo para lo cual alguien ha dado una visión parecida (que no igual) a la nuestra.

    En fin, no quiero enrollarme, tú mismo tienes una licencia «copyleft» de ColorIURIS en este blog, así que supongo que no estamos tan en desacuerdo, era sólo ese matiz.

  3. El rap y el hip-hop se basan en gran parte en la remezcla, y de hecho en EE.UU ha habido algún que otro procedimiento muy interesante por la utilización más o menos autorizada de material ajeno (algún día hablaré en el podcast sobre un caso muy interesante); de eso no estoy en contra siempre y cuando los autores originarios autoricen dicha transformación y sean remunerados consecuentemente.

    Versvs, ¿qué hay de malo en reinventar siempre la rueda? pues que el esfuerzo es mucho mayor que si cogemos algo de aquí, algo de allá y realizamos una obra derivada de ambas. No estoy negando la posibilidad de realizar obras derivadas ni de utilizar fragmentos de creaciones para realizar otras nuevas, lo único que intento es, en esta era del «copy and paste», resaltar los beneficios de empezar desde cero aunque eso, como dices tú, implique más tiempo (y esfuerzo).

    Al menos yo suelo disfrutar mucho más con obras realmente originales que con refritos de creaciones realizadas por terceros.

  4. «Â¿qué hay de malo en reinventar siempre la rueda?»

    Que se pierde el tiempo.

    Por cierto, Shakespeare no creaba de la nada, sólo hacía adaptaciones.

  5. Estoy absolutamente a favor de las remezclas como dice Andy, siempre que se autoricen por sus autores sean o no remuneradas, recordemos que hay muchos autores con CC que aunque sean mas o menos populares no por eso dejan de ser autores.

    No por ser remezcla o por que se usen partes ya creadas anteriormente modificandolas representan un valor menor para mí, cada vez la tecnología nos hace la vida mas facil, hoy se graban muchas maketas con sonido mas que aceptable y no por eso hay que desmerecerlas simplemente nos favorece el trabajo, las remezclas igual, las obras de otros nos facilita el trabajo.

    Si nos pusiesemos quisquillosos podríamos desmerecer un tema porque el sonido del teclado es el mismo que el preset que viene con tal o cual sintetizador y no ha sido modificado.

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