Ayer fui de nuevo a uno de esos «saraos» que organiza la Universidad Autónoma de Madrid, en el marco de su Master en Propiedad Intelectual, invitado, una vez más, por Rafael Sánchez Aristi. El tema del día de ayer fue «Entidades de Gestión y Grandes Usuarios», entendiéndose como usuario no al ciudadano de a pie, sino a las empresas que utilizan los contenidos que forman el repertorio de las entidades, es decir, televisiones, radios, hoteles, restaurantes, etc.
Los asistentes fueron Carlos López (conocido en el sector como Carlos «copia privada» López por ser uno de los que más, si no el que más, sabe de este tema en España), director jurídico de AIE; José íngel Bueno Martínez, administrador de AGEDI; Eulalia Martínez, Directora Jurídica de la FORTA; y Javier Zamora, Abogado de la Federación Hotelera de Madrid. Desgraciadamente llegué unos minutos tarde y me tuve que sentar al fondo; demasiadas cabezas y espaldas como para tomar una fotografía en condiciones.
Comenzó José íngel Bueno asentando las bases y describiendo qué parámetros se toman en cuenta a la hora de determinar las tarifas de la entidad a la que representa (la de productores de música): intensidad de la explotación (no paga lo mismo una discoteca que un restaurante), metros cuadrados, potencia, etc. Claro y descriptivo para asentar las bases.
Le siguió Javier Zamora, con una enérgica exposición sobre los problemas de sus clientes (los hoteleros, grandes y pequeñas cadenas). Según él, las directivas se han encargado de regular las potestades y derechos de las entidades de gestión, pero no protege de ninguna forma a los grandes usuarios; la única opción que le queda al usuario es pagar.
Se quejó de la coexistencia de dos entidades de gestión (SGAE y DAMA), que reclaman por un mismo derecho (el de directores, guionistas y compositores de bandas sonoras), y que la ley, al presumir que cada una tiene la representación universal, tienen que pagar dos veces por el mismo concepto.
También criticó la trayectoria de las resoluciones judiciales en el tema de la comunicación pública en las habitaciones de los hoteles, ya que, según él, provocó una gran inseguridad jurídica (desde el público discreparon, afirmando que la única sentencia que discordaba era la de 10 de mayo de 2003).
Su postura respecto a la reciente sentencia del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas también era singular; afirmaba que ésta abarcaba simplemente a los derechos de autor, pero no a los derechos conexos (los de intérpretes, productores, etc.), ya que hacía mención al 3.1 de la Directiva 2001/29/CE, y no al 3.2 de esa misma norma. Posteriormente, el moderador, Juan José Marín López, citó un caso de EGEDA que está actualmente en el Tribunal Supremo, el cuál planteó una cuestión prejudicial al TJCE sobre la existencia de un acto de comunicación pública en las habitaciones de los hoteles, cuestión que ha retirado al entender el Supremo que dicha cuestión ya ha sido contestada en el caso «Rafael Hoteles».
Javier Zamora finalizó su intervención trasladando al público la preocupación de los usuarios, que estaban temerosos por el pago en cascada de todas las entidades de gestión, teniendo que pagar a AIE, a SGAE, a EGEDA, a AISGE, a DAMA, y a AGEDI, creyéndose cada cual más importante que la otra. Según él, la posición del consumidor es de casi «cerrar el chiringuito».
Tras el representante de los hoteleros, el turno de Carlos López, como digo, uno de los mejores abogados especializado en propiedad intelectual de España. Comenzó su intervención con la habitual frase de que los derechos de autor se han logrado gracias a numerosas batallas judiciales por la reticencia de los usuarios a remunerar debidamente a los autores.
Se quejó en general de la batalla judicial constante, primero para reivindicar su legitimación activa (es decir, su capacidad de acudir a los tribunales como representantes de los autores, artistas, etc.), luego por la copia privada, lucha que manifestó que ha comenzado de nuevo a pesar de las numerosas sentencias a su favor y finalmente, por la desinformación y por la presión constante de la sociedad y los medios de prensa. Carlos López y Javier Zamora coincidieron en que la Comisión Mediadora y Arbitral de la Propiedad Intelectual había resultado ser un profundo fracaso.
Y finalmente Eulalia Martínez, representante de FORTA (la federación que aglutina a 12 televisiones autonómicas de carácter público), que fue, según mi punto de vista, la persona que punto cordura y sensatez al debate. Comentó que desde un primero momento, la postura de FORTA fue que si había que remunerar a los titulares de derechos de propiedad intelectual, que se haría, pero que se pagaría lo que era justo, ni más ni menos.
Según Eulalia Martínez, el punto clave de esta retribución era la base sobre la que se aplica; las televisiones suelen pagar a las entidades una cantidad variable en función a determinados parámetros (ingresos por publicidad, inversiones, etc.), y el caballo de batalla entre entidades y usuarios es, unas incluirlo todo, mientras las otras detraer lo máximo posible. La representante de FORTA sostenía que de esta base sobre la que se remunera a los titulares de derechos, se debería descontar la inversión pública de las administraciones (para el caso de televisiones públicas), y así aplicarla sólo a la publicidad o, si acaso, incluir en la base una parte de ingresos publicitarios.
Sin lugar a dudas, puso el toque de racionalidad a la discusión entre dos colectivos que históricamente no se han llevado nada bien.
Al final de la exposición intervení preguntando a los representantes de las entidades si no sería posible, y más lógico desde un punto de vista de economía de gestión, crear o encomendar a una sociedad para que gestionase el cobro único de todos los derechos de cada una de las actuales entidades de gestión, y así evitar que a un hotel lleguen facturas de SGAE, de EGEDA, de DAMA, de AIE-AGEDI… Carlos López me contestó que cuando sólo existía SGAE, los usuarios se quejaban por el monopolio que ésta tenía, y en la actualidad, después de que el legislador obligase a romper dicho monopolio, se vuelven a quejar porque no hay una sola. En cambio, José íngel Bueno, sí coincidía que la lógica económica nos decía que lo idóneo era tener una única entidad que gestionase el cobro de los todos los titulares de derecho, pero parecía que a día de hoy no había una voluntad firme para la creación de dicha entidad.
En resumen, una animada discusión entre entidades y sociedades que nos lleva a concluir, al menos a mí, que seguirán disfrutando de esa maravillosa relación que han tenido hasta ahora.
Que rollo y seriedad!!!! un poquito de por favor, que hace falta algo mas de alegria. Un pibon como tu deberia ponerle algo de color a la redaccion, me siento como en la facul
besos guapeton, deberias poner una foto donde se te vea para darle color al blog
Qué pasó en tu tierra el Sábado? Lei que la pregonera, Pasión Vega creo, tuvo problemas con Sony por tema de derechos de autor y creo que al final renunció a ellos y al final pudo cantar ‘gratis’.
Eso me recordó a las polémicas de la SGAE cobrando en conciertos benéficos. Seguro que me estoy equivocando pero ¿no podrÃa resolverse ese problema renunciando los artistas a sus derechos en actos de este tipo? Si van a cantar gratis y no quieren que una sociedad de gestión se lleve parte del dinero de una recaudación solidaria podrÃan hacer como la pregonera.
Aunque seguro que se me escapa algo ^^U
Qué tal JeremÃas,
Pues sÃ, hubo movida; la verdad es que he estado el fin de semana ajeno a los carnavales (voy el próximo) aunque con gente de mi tierra, que me comentaron la polémica. He estado buscando información y sinceramente no me satisface nada de lo que leo, asà que he preguntado a un par de amigos y espero que me puedan dar más información (no confidencial) en los próximos dÃas, y asà hacer un post sobre la polémica. Llegará tarde, pero espero que bien fundamentada. Siento la espera.
«El nota», siento el tono serio, pero las jornadas lo requerÃa; hay gente que lo ha agradecido, asà que parece que nunca llueve al gusto de todos.