Hoy no hay cine

La Ley del Cine no gusta a nadie, productores, distribuidores, exhibidores, operadoras de televisión, todos están disconformes con una ley que antes de nacer, ya se antojaba polémica.

La noticia hoy no viene de manos de las televisiones, sino de los exhibidores de pelí­culas, que se han puesto de huelga contra una ley que consideran el principio del fin de su actividad empresarial. La huelga la van a secundar el 90% de las salas españolas, ya que los cines gestionados por Alta Films (entre los que se incluyen los Renoir) sí­ abrirán por tener esta empresa una sección de productora y distribuidora.

El motivo de la huelga es su disconformidad con las actuales cotas de pantalla de cine español, la duración actual de las ventanas de explotación, la escasa persecución de la piraterí­a audiovisual y las imposiciones de las majors americanas.

Sobre el primero de los motivos, la ley obliga a las salas a programar al año al menos un 25% de largometrajes de procedencia Europea (ahora, en el artí­culo 18 del Proyecto de Ley), algo que, según los exhibidores, perjudica gravemente a su supervivencia cuando hablamos actualmente de cotas de asistencia a pelí­culas españolas en torno al 5%.

La cuestión de las ventanas de explotación (periodo de tiempo de explotación de una pelí­cula en cada medio – de cine a DVD, por ejemplo-) se ha ido agravando a lo largo de los años, a medida que avanzaba la tecnologí­a doméstica y los home cinema se iban convirtiendo en elementos habituales en las casas. Los exhibidores reclaman que el periodo desde que una pelí­cula es estrenada en cines hasta que se explota en el ámbito doméstico, no deberí­a ser inferior a 6 meses, cuando en la actualidad la única prohibición en este sentido la impone el Real Decreto 526/2002, para las pelí­culas que hayan obtenido alguna ayuda del ICAA, que no deberán ser lanzadas en ámbitos doméstico antes de 4 meses desde su estreno en salas cinematográficas.

El tema de la piraterí­a es un viejo conocido (aunque ahora se ha hecho más grande), mientras que las imposiciones de las majors con respecto a la venta en lote de sus pelí­culas (generalmente, las pelí­culas -tanto para TV como para cine- se compran por lotes, para así­ «dar salida» las distribuidoras a pelí­culas de peor calidad y que nadie comprarí­a si no se vendiesen inseparablemente junto con pelí­culas taquilleras), lleva trayendo de cabeza a los exhibidores desde hace unos años, con sanciones de competencia de por medio. La única previsión que hace el proyecto de ley en este sentido (art. 14), es una remisión al artí­culo 10 de la misma, por la que el ICAA deberá velar por la libre competencia en el mercado.

Siento haber sido tan descriptivo en este post, pero no me apetecí­a dar mi punto de vista sobre el tema, supongo que cada cual tendrá su opinión, y si no, para eso están los comentarios del blog.

9 Comments

  1. Algunos puede pensar que el cine español no hace pelis de calidad, que no es justo que se les imponga a los exhibidores la cuota de pantalla (recordemos, sobre pelis europeas, no españolas)… pero sin esa cuota de pantalla pelis como «bajo las estrellas» no se estrenarían nunca. Muy recomendable!!!!!

  2. El cine español, en general, no es peor que el resto. Hay que tener en cuenta que el que viene del extranjero ha pasado ya un importante filtro y nos llega lo escogido. Y con todo a veces también es malo.

    Como usuario, a mí lo que me parece sangrante es el tema de las subvenciones, más que discutibles.

  3. «La Ley del Cine no gusta a nadie, productores, distribuidores, exhibidores, operadoras de televisión, todos están disconformes»

    Y no te olvides de nosotros los ciudadanos y contribuyentes, que somos los que finalmente pagamos de nuestro bolsillo todo el tinglado: las subvenciones por un lado y las entradas de cine por el otro.

    Curiosa postura la del ministerio de Cultura, para el cual la cultura no debe ser gratis según dijo la ministra (no debe ser gratis para nosotros los paganos, claro), pero a la hora de repartir subvenciones entre los amigos sí que parece que es un bien de interés común.

    A ver si nos aclaramos, ¿es un negocio o no? Si es un negocio hay que tender a la libertad de empresa (tal como dice la Constitución si recuerdo bien) y no al compadreo y a fabricar unas leyes que garanticen un flujo de dinero a unos pocos.

    En cuanto a la calidad del cine español, no puede ser muy alta cuando están más preocupados de producir películas como churros para no perder la suculenta subvención anual, en lugar de preocuparse de darle al público lo que pide y demanda (salvo las 4 ó 5 excepciones de cada año).

    Curiosa postura también la de las salas de cine, que por un lado protestan porque la ley les obliga a exhibir un determinado porcentaje de películas europeas (cosa que no me parece bien, y que debería quedar a su albedrío), pero que por otra parte reclaman que la ley les garantice un periodo de exclusividad antes del paso a formato doméstico (cosa que me parece que debería ser del albedrío del productor). ¿En qué quedamos, señores de las salas? ¿Quieren una ley intervencionista o no? Al final lo que quieren, como casi todos, es que el gobierno les asegure su sopa boba a costa de los demás.

  4. Pululante, estoy de acuerdo contigo (por segunda vez en una semana ¿estamos acercando posturas?), la industria del cine debería mirar más a modelos de producción audiovisual solventes como el norteamericano o el sector de la televisión. El intervencionismo es un fenómeno bastante europeo, y no sé hasta qué punto es eficaz; se producen películas, sí, pero a qué precio, ¿hay que apoyar la creación de un determinado tipo de películas en aras de la protección de una cultura que rechaza la propia sociedad?

    Iban, creo que en este tema no estamos de acuerdo, pero tomo nota de tu recomendación. Incluso creo que este boca a boca haría que las salas apostasen por películas españolas de calidad, sin necesidad de intervenciones estatales.

    Javier, el cine extranjero sufre una criba importante antes de llegar a nuestras pantallas, pero de los 150 largometrajes producidos el año pasado en España (datos del Ministerio de Cultura) ¿cuántos recuerdas? Quizá no más de 15 ó 20. Creo que aquí el filtro lo ponen las propias salas, el desinterés de los espectadores y los medios de comunicación. Sobre el tema de las subvenciones, sí, creo que es sangrante, inexplicable y en contra de toda libertad de mercado. Me pregunto si existiesen tales subvenciones si la industria hubiese sido capaz de crear productos rentables…

    Y termino con otro sector que mostró su malestar con la ley, los actores, que encabezados por Pilar Bardem, se quejan de que han sido ignorados en la ley, y reclaman su condición de creadores (algo que, por cierto y ha tenido poca trascendencia, sí parece que van a conseguir finalmente los directores de fotografía).

    Y puestos a pedir, ¿por qué la ley ha obviado a los abogados, personajes clave en toda producción audiovisual?

    Saludos

  5. Lo de los actores me parece bastante ridiculo. Una ley que pretende regular un sector con el honroso fin de garantizar la diversidad cultural y la configuración de un tejido industrial audiovisual (otra cosa es que lo consiga) no tiene porqué mencionar a los actores y si lo hace que se refiera también a los maquilladores, peluqueros, operadores… etc.

    Muy relevante el tema de los directores de fotografía y, coincido contigo Andy aunque en esto es verdad que creo que no estamos muy de acuerdo, es muy relevante. Llevan años reclamando su condición de autores y, sin duda, se merecen tal calificación aunque en la práctica esto no siginifique nada.

    En cuanto al tema de la subvenciones, el sector cinematográfico se lleva unas partidas presupuestario muchisimo menores que otros sectores económicos. En la actualidad, el Fondo de Ayuda se sitúa en torno a los 50 millones de euros… Sin ese Fondo y sin incentivos a la industria nadie invertiría en la producción de una película porque no es rentable. Por dios, si incluso en los Estados Unidos la producción cinematográfica esta promovida desde los incentivos fiscales.

    Mi sugerencia es que seamos críticos pero no contrarios a un sector que debemos apoyar y del que me resisto a prescindir.

  6. No estoy de acuerdo que la consideración de autores sea meramente nominal, tiene un reflejo en nuestra legislación muy importante. Del libro primero de la LPI al segundo.

    ¿Seguro que sin subvenciones no habría películas?

    En España se han hecho peliculas de muy bajo presupuesto pero que han dado al público lo que quería, «el landismo» como referente, y aunque protegidas en úlitma instancia estaban destinadas a su público potencial, razón úlitma de su éxito (Si no recuerdo mal hasta Torrente la película más vista en España era «no desearás al vecino del quinto»)

    Lo que no se puede pretender es que cualquiera con padrinos haga un bodrio que no va a ver nadie, porque eso se sabe nada más ver la película, y pretender que sea rentable.

    Lo digo siempre, como poner un despacho de abogados en medio del monte y querer vivir de ello.

    Un saludo.

  7. Afortunadamente las subvenciones permiten que se vea más cine español que Torrente.

    Perdón por la petulancia

  8. Por puntualizar a Iban: «las subvenciones permiten que se produzca más cine español que Torrente». Lo de «que se vea» está claro que no, observando las recaudaciones en taquilla.

    Es como decir que sin subvenciones no habría series españolas de televisión. El hecho es que las hay, y deben ser muy rentables porque llevan varias temporadas en antena. Otra cosa es que no satisfagan tus criterios de calidad (y los míos en general tampoco), pero la industria habla de negocio y de proteger el negocio, así que si hablamos en esos términos pues tendamos al libre mercado.

  9. «Pululante, estoy de acuerdo contigo (por segunda vez en una semana ¿estamos acercando posturas?), »

    …debe ser una insolación… 😀

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