Como comentaba en anteriores posts, varios son los motivos de la (hasta hace poco) parálisis del blog, y uno de los principales es la obra que da título a este post y que (por fin) ha salido al mercado.
Mientras que estaba en tramitación la última gran reforma de la Ley de Propiedad Intelectual, Thomson Reuters (aka Aranzadi) encargó al Instituto de Derecho de Autor la coordinación de una obra eminentemente práctica sobre la propiedad intelectual enmarcada en su serie «Practicum«. Adriana Moscoso, directora del IA, ha llevado las labores de coordinación y de selección de autores, entre los que (como supongo que intuis) me encuentro. El resultado son 745 páginas en las que participan muchísimos compañeros a los que quiero y admiro, incluyendo la propia Adriana, Vicente Arias Maiz, Miguel íngel Bouza, Marisa Castelo, Rosa De Couto, Javier Díaz de Olarte, ílvaro Díez, Ricardo Gómez Cabaleiro, Leire Gutiérrez, Jorge Ledesma, Rocío De Llobet Hernández, Carlota Navarrete, Rafael Sánchez Aristi y Leonardo De Terlizzi.
En la primera reunión de repartición de materias, sufrí el síndrome de «vernise arriba» y, objetivamente, cogí más temas de los que razonablemente podía abarcar. Mi parte incluía las materias más tecnológicas y alguna otra que me apetecía, siendo mi aportación al libro las siguientes secciones:
- Obra Multimedia y Videojuegos – Págs. 163 a 176
- Programas de Ordenador – Págs. 183 a 221
- Derecho de Reproducción – Págs. 240 a 242
- Especial Mención a la explotación de los derechos de propiedad intelectual en Internet y Redes Sociales (www, P2P, Páginas de Enlaces, etc.) – Págs 243 a 257.
- Parodia – Págs. 415 a 418.
- Medidas Tecnológicas de Protección e Información para la Gestión de Derechos – 718 a 725
Durante más de seis meses estuve sacando horas de donde no tenía, especialmente al deporte y a mi familia, para poder acabar mi parte en los plazos marcados por la editorial. Además, sufrí en múltiples ocasiones el síndrome del «folio en blanco» y la preocupación de, como decía Antonio Delgado, aportar «chicha» (es decir, contenido práctico que sirviese tanto a iniciados en la materia como a aquellos abogados menos habituados a estos temas). El resultado global es una obra muy completa, con muchísima información práctica y en la que espero que se vea el esfuerzo que ha habido detrás de ella.
Como no había un apartado específico para ello en el libro, aprovecho mis dominios para agradecer la ayuda que me prestaron Alejandro Puerto y Miguel íngel Mata al darme valiosa información y comentarios sobre la sección de la protección jurídica de los programas de ordenador. Y, por supuesto, a mi mujer y dos hijas, a las que robé decenas de horas que nunca conseguiré recuperar.
El libro se puede comprar aquí y en librerías especializadas. Espero que lo encontréis interesante y que algún día le sirva a alguien para orientar un asunto.