Como cada 26 de abril, hoy es el Día de la Propiedad Intelectual, derecho controvertido y polémico donde los haya. Hace un año recurrí al Mito de Sísifo para explicar cómo creo que se vive dentro de este sector la lucha por los derechos de los creadores, batalla que lejos de haberse calmado de un año para acá, se ha intensificado.
Esta mañana he tenido que ir a un ministerio del gobierno y, mientras esperaba en la entrada, he escuchado a dos guardias de seguridad hablando de cómo se descargaban todo tipo de películas, discos y videojuegos a través de «la mula» (como le llamaba uno de ellos) y de Azureus (aunque pronunciado mal por el otro), que se intercambiarían discos duros con cientos de películas de estreno y más aún, uno incitaba al otro a piratear su consola para poder jugar a juegos descargados de Internet. Después, he tomado el metro y tanto en la estación de origen como de destino he visto como decenas de personas compraban tranquilamente obras audiovisuales que estaban literalmente tiradas por el suelo. Es curioso como el día de la Propiedad Intelectual uno tiene que ver este tipo de situaciones mientras que va y viene de trabajar para que estas personas tengan material que disfrutar.
Pero mi discurso no es pesimista, los que seguís este blog sabéis que aunque parezco conservador, desde un principio he abogado por un equilibrio entre los derechos de los autores y los derechos de los ciudadanos a disfrutar de productos de ocio de calidad, y sin que los primeros puedan suponer una barrera para el desarrollo de la sociedad de la información. Desgraciadamente, a día de hoy, y visto lo visto, no se puede decir que esa débil balanza se halle equilibrada, más bien todo lo contrario, y no hay más que darse un paseo por las calles para darse cuenta de esto.
Ayer el Parlamento Europeo votaba la propuesta de Directiva relativa a las medidas penales destinadas a garantizar el respeto de los derechos de propiedad intelectual, por la que se pretende armonizar las diferentes normativas internas que, a nivel europeo, penalizan la «piratería industrial». Es una directiva que introduce pocos cambios, al menos comparándola con el artículo 270 de nuestro código penal; endurece las sanciones y limita el «ánimo de lucro» a «beneficios comerciales», esta última modificación pedida por muchos (a quienes me incluyo) y que pondría fin a la discusión de la interpretación del concepto de «ánimo de lucro» (que siguiendo las doctrinas del Tribunal Supremo, y estrictamente, creo que sí englobaría al peer to peer).
El problema es que de poco sirve aprobar nuevas leyes, trasponer directivas, si luego, a la hora de la verdad, éstas no son aplicadas. Con estas directivas los Europarlamentarios justifican públicamente sus sueldos, pero ¿de qué sirven si finalmente no se aplican?
El lema de este día es «Fomentar la Creatividad», porque es la creatividad la que hace que el ser humano avance; creatividad en cualquiera de sus manifestaciones, ya sea científica, artística o literaria; producir algo de la nada para el avance de la sociedad, y ante todo, que esa creación sea legítimamente respetada según los deseos de quien la hace posible.
Que tengáis un feliz día de la propiedad intelectual.
Hola, guapo. Yo soy músico (aficionado) y si alguna vez quisiera vivir o ganar un poco de pelas con mi creación sé que serÃa difÃcil. El dÃa de la Propiedad Intelectual como el dÃa del Libro o del orgullo gay, son necesarios para reforzar algo que es débil.
Precioso, a ver si alguna vez comentas algo de mis post, que creo que soy un lector algo discriminado (a mà no me respondes nada).
Andy:
Estoy totalmente de acuerdo con vos. Creo que el problema es que no tenemos conciencia de que detrás de cada obra que pirateamos existe un trabajo no remunerado, y no me refiero al trabajo de las grandes discográficas, sino al de autores desconocidos, que al igual que cualquiera trabajan y que pretenden vivir de ese trabajo…¿por qué yo puedo exigir que a mà me paguen por las horas que dedico todos los dÃas a trabajar y niego el derecho a otro trabajador?. El derecho de autor es el salario del creador, y al menos por eso, debiera respetarse el trabajo intelectual.
Sin embargo, no creo que la solución venga por el lado de incrementar las medidas penales en contra de los infractores, es más, creo que un endurecimiento de las mismas provoca una mayor represión, que siempre es indeseable desde todo punto de vista. En mi opinión, la solución está en abordar la educación de las nuevas generaciones (creo que las viejas están ya perdidas) para crear una nueva cultura de respeto al trabajo intelectual y del consumo legal de los contenidos.
Coincido con el nota en que los derechos de los autores, al igual que los derechos de los gays, los trabajadores y en general todos los colectivos débiles, necesitan de refuerzos permanentes y creo que el Estado debe tener una participación activa en su defensa y promoción.
Buen puente!!!!
Querido amigo el jueves pasado comà en un restaurante donde pedà un salmorejo. En el gran dÃa de la Propiedad Intelectual cómo puede ser que el dueño pague a la SGAE por la música que sale de sus altavoces y no al fabricante de la batidora por el excelente salmorejo. No me vale que uno sea industrial (patente) y otro intelectual (derechos) porque en los dos la secuencia creativa es la misma.
Para mÃ, el debate y la legislación debieran transcurrir por otros derroteros. Debiéramos reconocer que las maneras de difusión creativa del siglo XXI nada tienen que ver con las de finales del IXX. Que la figura del intermediario ha muerto o se está reduciendo. Y en este nuevo contexto social y tecnológico debemos redefinir que es protección intelectual y herencia intelectual.
He encontrado tu blog buscando en la red el fallo que cometió en las Cortes Generales el taquÃgrafo con la coma del gravamen de la SGAE, permitiendo aumentar el canon aprobado por los diputados pues lo publicado en el BOE es lo que vale. Si tienes información sobre el tema dÃmelo porfa.
Seguiremos con el debate, gracias por tu blog
Completamente de acuerdo con Pipi y con «el nota», aunque popularmente se piense que los derechos de autor están más que protegidos (y lo están sobre el papel), la realidad es muy diferente; como dije en el post, la balanza no está equilibrada, y no hay más que ver que es sumamente fácil conseguir obras protegidas de forma que se vulneren los derechos de sus creadores.
Fernando, nunca me ha gustado utilizar la analogÃa para describir lo injustos que son los derechos de autor, por la sencilla razón que no veo que el argumento resultante sea lógico sino demagógico. En el caso que expones, estás comparando la batidora con (entiendo yo) el equipo de música porque es éste el aparato que hace que se obtenga un resultado. Al igual que una batidora, un equipo de música no tiene que pagar derechos de autor, se paga la comunicación pública de obras, no la mera tenencia de estos aparatos.
Más que está muriendo el intermediario, creo que se está modificando. Creo que dentro de 50 años seguirán existiendo distribuidoras y discográficas, pero tendrán otra forma y otras funciones y por supuesto, sacarán rendimientos por otras vÃas, como ya se está produciendo. Yo también apuesto por el cambio, pero reivindico la función del empresario/productor como origen inversor (en determinados casos) de la creación, sobretodo para obras cinematográficas y musicales. El ejemplo de que crear y publicar con un ordenador es sumamente sencillo y barato es sólo aplicable a la música (parte de ella) y a la literatura; para el resto de obras, la inversión económica se ha reducido pero no extinguido.
Y no creo que haya que redefinir qué es propiedad intelectual, todo lo contrario, recordar qué es. A las obras del entretenimiento o de la información se le llama cultura, y es importante dejar los conceptos claros para no desvirtuar cada una de estas palabras.
Y sobre tu última cuestión, pues sinceramente desconozco este fallo, no he oÃdo a nadie comentar este suceso, pero ya preguntará a amigos que estuvieron «pringados» en la tramitación. De todas formas, no sé si por una coma se puede llegar a aumentar la compensación equitativa del 25 LPI.
Gracias a ti por ofrecer posturas distintas, ahà está el debate. Un saludo.
El gran problema de los derechos de autor en primer lugar es que al final practicamente no terminan defendiendo al autor, sino al que se hace dueño de ellos (salvo los que son irrenunciables, claro).
El segundo problema de los derechos de autor es que no son los únicos que existen. Los ciudadanos también tienen sus derechos, ninguneados hasta que poco a poco va avanzando la tecnologÃa e intentados ser pisoteados y reducidos a la nada conforme este avance tecnológico se hace mayor, con DRM´s varios y cambios legislativos orientados a defender intereses muy concretos y muy particulares.
Está claro que los autores deben poder vivir de su obra si ésta adquiere cierta aceptación (faltarÃa más que por el hecho de ser autor de cualquier «engendro» cualquiera tuviera ya derecho a poder vivir de la sopa boba). Pero poder vivir significa eso, poder vivir, sin que tenga que ser necesario poder aspirar a mansiones de varios millones de euros.
Por otro lado, la industria que también invierte en la producción de obras debe obtener sus beneficios, como los sigue obteniendo y como los seguirá obteniendo. Pero la industria, sea del tipo de sea, el objetivo último que tiene es siempre el mismo, conseguir la cifra de beneficios con el mayor número de ceros posible. Si para ello debe pasar por encima de todo tipo de derechos lo hace, es lo de siempre.
Dice la Declaración Universal de los Derechos Humanos en su articulo 27:
1. Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso cientÃfico y en los beneficios que de él resulten.
2. Toda persona tiene derecho a la protección de los intereses morales y materiales que le correspondan por razón de las producciones cientÃficas, literarias o artÃsticas de que sea autora.
Ese debe ser el objetivo a cumplir por todos, el que ambos derechos declarados en ese artÃculo estén perfectamente equilibrados y convivan en armonÃa y para eso deben trabajar nuestros representantes polÃticos. Las nuevas tecnologÃas son una oportunidad única para alcanzar el objetivo. La presión de la industria está provocando que no se trabaje en la dirección correcta y que se pueda desaprovechar esta oportunidad.
Cualquier persona ahora puede conseguir una obra protegida en cualquiera de las redes P2P existentes, sÃ. ¿Es eso malo?. Después de los casi ocho años de la aparición de Napter los ingresos industriales y de numerosos artistas siguen siendo millonarios… que dejen de ya de llorar, por favor, y que trabajen e inviertan el tiempo (ahora que aun disponen de él) para buscar formas alternativas y novedosas para adaptarse a los cambios y seguir adelante caminando en paralelo a los avances tecnológicos y sociales y no enfrentandose a ellos, aunque sea a costa de reducir en algún cero tu cuenta de beneficios… ¡pero es por el bien de todos! .
Criminalizar la mano que te da de comer nunca es buena idea. No adaptarse a los cambios del entorno puede llevarte a la extinción. Aun queda tiempo, pero poco a poco se agota y la gente cada vez está más cansada de que la tomen por idiota y que la pisoteen. Si alguna vez la industria que vive alrededor de la cultura desaparece no será por culpa de los ciudadanos, sino por su actitud hacia ellos. Creo que nadie debe dudar de ello.
Bueno, los derechos de propiedad intelectual no protegen sólo al autor, sino también a otros titulares de derechos, como productores, intérpretes, etc., como no podÃa ser de otra forma ya que ellos también son parte activa en la producción y distribución de obras de entretenimiento.
Es cierto que los autores están en muchas ocasiones desfavorecidos, pero mi experiencia me dice que en determinadas ocasiones (no siempre) esta situación está motivada por un mal asesoramiento de los mismos. Yo tengo amigos autores y siempre les digo que negocien, que no firmen todo lo que le pongan por delante (y lo digo también como abogado de productoras), pero en la mayorÃa de los casos, los autores, para ahorrarse un abogado, firman lo primero que les dan y luego llegan las lamentaciones.
Hoy en dÃa, ya lo he dicho muchas veces, los derechos de autor están en claro desequilibrio con respecto a los derechos de los consumidores. Poco nos podemos quejar de los DRM cuando son fácilmente franqueables, y gracias a Dios es asÃ.
Sobre lo de «poder vivir» estoy absolutamente en desacuerdo contigo y creo que es sencillo. Estamos en una economÃa de mercado, en un sistema capitalista, por lo que a todos se le aplican las mismas reglas de propiedad, competencia e intereses comerciales basados en los beneficios de sus servicios y productos. Es decir, ¿debe un autor conformarse con un «poder vivir» cuando a otros operadores del mercado ni se les discute que se puedan lucrar sin limitaciones? No entiendo por qué un autor tenga que conformarse con «poder vivir», cuando Amancio Ortega sà puede ser la persona más rica de España por ser el que mejor vende ropa de nuestro paÃs.
Si un autor es exitoso, tiene derecho a ganar cuanto su obra sea capaz de generar, tiene derecho a tener cuantas mansiones pueda permitirse si su obra ha conseguido un éxito y una explotación amplia en el mercado. Tan derecho fundamental es la cultura como la vivienda, la alimentación, la vestimenta o la educación, y nadie discute que los empresarios de dichas industrias se lucren en esta economÃa de mercado. Lo siento pero no lo veo, no entiendo por qué los autores tengan que conformarse con «poder vivir», cuando el resto de personas (donde yo me incluyo) jugamos con la regla de que te beneficies de todos los rendimientos que obtengas de tu trabajo. Se suelen criticar las cantidades que ganan futbolistas o artistas de éxito; mi punto de vista es un tanto diferente, aún considerando desorbitadas estas cantidades, estas personas son capaces de generar las mismas (ya sea por su imagen o por su talento), y me parece justo que se beneficien de este dinero que han sido capaces de producir. Cuestión diferente son las finalidades filantrópicas a las que destinen este dinero, en lo que no me meto.
Aunque también me gustarÃa decir una cosa, en España (no digo en EE.UU.), no hay tantos ceros en estas industrias como se piensa, de nuevo, hay más ceros en sectores como el textil o el inmobiliario que en el del entretenimiento (y lo digo con conocimiento de causa).
Finalmente, estoy de acuerdo contigo, la industria tiene parte de culpa del problema, es indignante que en el año 2007 no haya una oferta interesante de tienda online de música o cine, pero más que culpar a los artistas, yo culpo a los que trabajan en las empresas que finalmente ponen el trabajo de los artistas a disposición del público.
Debate indefinido, me temo. Un saludo, y gracias por fomentarlo.
Obviamente no puedo compararme contigo en cuanto a conocimiento en el tema de los contratos entre artistas y productoras. Supongo que siempre es una buena idea ir bien asesorado a este tipo de negociaciones, pero me temo (hablo por intuición) que al artista novel le deben de dar poco margen por muy asesorado que este en la mayorÃa de los casos.
Cierto es también que los DRM´s son facilmente franqueables, pero también que si no lo fueran nos lo hubieran impuesto hace tiempo pasando por encima de nuestros derechos. No siempre hay que quedarse con como al final resultan las cosas, sino también con las intenciones de cada uno.
Sobre el tema del «poder vivir». Hay que evitar caer también en ciertas comparaciones. La cultura no es ropa de lujo, ni son zapatillas deportivas, ni whisky, ni nada por el estilo. La Declaración Universal de los Derechos Humanos a la que antes hice referencia se escribió en un periodo muy concreto y muy triste de la historia y se hizo por un motivo también muy concreto, por la necesidad de defender y declarar cuales son los derechos básicos que todos tenemos por el simple hecho de ser personas. Está claro que entre esos derechos hay unos más importantes que otros, pero uno de ellos es el de acceder a la cultura como una forma de enriquecimiento personal del individuo. Si ahora resulta que metemos en el libre mercado a toda la producción cultural de la humanidad, ¿a qué reducimos ese derecho?. Pues a lo mismo que queda reducido el derecho a una vivienda digna, al derecho a pagar. Eso es muy sangrante.
«Tan derecho fundamental es la cultura como la vivienda, la alimentación, la vestimenta o la educación, y nadie discute que los empresarios de dichas industrias se lucren en esta economÃa de mercado» Totalmente de acuerdo con lo primero, totalmente en desacuerdo con lo segundo. Yo me indigno completamente con lo que ocurre con la vivienda y con lo que ocurre con la sanidad. Industrias farmaceúticas forrándose de manera absoluta mientras que un continente entero muere de SIDA ante los ojos de todos sin que hagamos nada… Pero ¿sabes lo que ocurre?. Que los medicamentos, ni la vivienda, ni los alimentos, etc. se pueden convertir en una sucesión de unos y ceros y transmitirlos mediante una corriente eléctrica, porque si eso fuera posible creo que nadie debe dudar que desde determinados paÃses se estarÃan descargando 24h del dÃa medicamentos, alimentos y casas sin que moralmente nadie pudiera reprocharles nada, aunque desde determinados sectores se les tachara injustamente de piratas.
Esto es ni más ni menos que lo que está ocurriendo con la cultura, y sÃ, es cierto que «si un autor es exitoso, tiene derecho a ganar cuanto su obra sea capaz de generar, tiene derecho a tener cuantas mansiones pueda permitirse si su obra ha conseguido un éxito y una explotación amplia en el mercado» pero con un matiz no pequeño ni menos importante, que ese derecho a tener todo eso por parte del autor no choque con el derecho de la gente a poder disfrutar de su obra. Creeme que no tengo ningún problema en que ciertos artistas tengan las riquezas que tienen, ni siquiera que lo tengan los empresarios de las discográficas y demás industrias culturales, pero con lo que no puedo estar de acuerdo es con que lo hagan a costa de los demás.
En fin, debate sin fin me temo también… ;). Un saludo.
Gracias por tu respuesta. Si has leido el avance del Barómetro de Marzo del CIS, podrás comprobar que los demagogos somos mayorÃa. Que no cuestionamos la propiedaed intelectual si no el abuso y miseria cultural al que quieren someter al resto de la población «los legales».
Hemos creado una superestructura como la SGAE que más que una institución defensora de los creadores son policÃas de las ideas.
Manu Aguilar tiene recogido el fallo del taquÃgrafo, no fue ayer, estamos hablando de hace muchos años, cuando podÃan mandar a una pareja de la guardia civil para que la obra no se representara.
Percibo que la batalla creación=impuestos la estáis perdiendo. Suerte